26.6.06

Teoría de la mente


Que es como los psicólogos llaman a la empatía para darle un aire más científico. Pues yo carezco en buena medida de ella, comprobado. Aunque no por eso dejan de progresar mis conocimientos de estudioso social. Veréis, he observado, a raíz de una experiencia reciente, que las mujeres suelen obtener gran placer, entre otras cosas, recibiendo disculpas por cualquier cosa; es decir, da igual que haya o no afrenta, que la disculpa carezca de motivo: a la mínima exigen que se solicite su perdón. Por eso es una mendacidad de feminismo de garrafón o de paternalismo machista la afirmación de que la mujer es más comprensiva que el hombre, más generosa y proclive al perdón: lo conceden más veces, sí, pero porque demandan frenéticamente que se lo soliciten. Los hombres, por el contrario, disfrutan de manera extraordinaria ofreciendo disculpas sin tener por qué, pero sabiendo perfectamente la razón de sus innecesarias e inmotivadas excusas: lo que complace a las mujeres oírselas pedir. Pero hay una diferencia entre hombres y mujeres, que demuestra, en este caso sí, la mayor firmeza de las determinaciones femeninas: mientras que ninguna variable influye en la conducta de la mujer, los hombres tienden a incrementar cuantitativa y cualitativamente el comportamiento descrito de manera directamente proporcional a la belleza de la mujer con la que se estén relacionando. En casos extremos el vocabulario del varón puede quedar constreñido a expresiones como "lo siento", "perdona", "excúsame", "disculpa" y poco más.
Así que:
PIDO PERDÓN POR TODO, DE VERDAD, EXCUSADME, NO ERA MI INTENCIÓN, DISCULPAD SI OS HE MOLESTADO, TODO HA SIDO UN MALENTENDIDO, LO SIENTO EN EL ALMA, LA CULPA HA SIDO SOLO MÍA, SOY TAN TORPE, TIENES RAZÓN, NO DOY UNA, MENOS MAL QUE ESTÁS TU PARA SACARME DE MI ERROR, SÍ, SÍ, ESTÁS EN LO CIERTO, PERDÓN, PERDÓN, PERDÓN...

(Soy el secretario personal de Antonio. En estos momentos no puede escribir porque está desbordado ante la cantidad de sms, emails y llamadas telefónicas que está recibiendo solicitando citas)

Uf, esto me sobrepasa. Alguno va a pensar que lo de antes es un chiste y que no hay sinceridad en mis palabras, dado los precarios y cuestionables fundamentos de mi ética -Llora, y lo harás sólo; ríe, y el mundo reirá contigo/Curra poco y tírate el moco/Ante la duda, la más tet...-, de modo que para tratar de mostrar mi vocación penitencial reproduzco el clásico referente de la religiosidad judeo-cristiana al respecto:

SALMO 51
Miserere
Tenme piedad, oh Dios, por tu clemencia
por tu inmensa ternura borra mi iniquidad
¡Oh, lávame más y más de mi pecado,
y de mi falta purifícame!
Pues mi pecado yo lo reconozco,
mi falta sin cesar está ante mí...(y todo lo demás)

En el lugar del "oh Dios" cada uno puede poner su nombre, veréis que divertido. A partir de ahora mi vida social se incrementará de la leche, así que si queréis concertar un encuentro conmigo avisad con suficiente antelación.

El cuadro es de Tamara de Lempicka, para que no se diga que hay androcentrismo en las reproducciones pictóricas del blog, que bebe del mismo espíritu que la reciente Ley de Igualdad.

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