
El literario es en gran medida un consumo conspicuo o, utilizando la economía verbal que propugna Nstr, el que persigue el objetivo de molar más que una BH con amortiguador central, alerón trasero, faros antiniebla y doble tubo de escape. Siempre hay idealistas que aspiran a satisfacer anhelos estéticos, encontrar compañías fantasmales y distraer la estólida realidad con un reverso especular con un sentido, por engañoso que se sepa. Y también están, por supuesto, esa tan ominosa como silente mayoría de tipos que no tienen otra cosa mejor que hacer que darse al arte a tiempo parcial -o no tanto, la jornada varía en función de la fortuna de cada cual-.
Extinta la época en que la cultura corriente, del ciudadano de a pie leído, servía de fórmula facilitadora del contacto sexual con nuestros congéneres, cesantes de la cotidianidad con más pena que gloria los no poco sórdidos días en que el recitar como un mantra una serie de autores y obras, párrafos y versos, constituía la pátina imprescindible que daba lustre al erotismo minimalista con que se vestían los encuentros en los cafés o que estilizaba hasta dar empaque sartriano al folleteo más desenfadado y prosaico, el consumo por descarte se me antoja el más noble y honesto, sin obviar su involuntario componente fatalista, en fin, filosófico: leo porque no me queda otra. Amén
Tengo entre mis manos Jardines de Kensington, de Rodrigo Fresán. Y antes de abrirlo me asalta una reflexión tan poco original como perturbadoramente incontestable -para mi y a día de hoy-: Peter Pan es la historia más terrible del mundo y la menos idónea para los niños. El mensaje no es otro que éste: todo lo que vale la pena está en la infancia. Niños y niñas, cuando os salgan pelos en los huevos o notéis cómo unos garbancillos que se detienen en las tetillas empiezan a hincharse, todo habrá acabado.Moríos, desgraciados.
Tal vez estén muy oxidados mis recuerdos de Barrie y quizás la lectura de Fresán me lleve a replantearme estas opiniones. Yo mientras tanto voy haciéndome la cera brasileña.
2 comentarios:
Se cree que J.M. Barrie sufrió enanismo psicológico, lo que hizo que dejase de crecer por stress cuando alcanzó 1´50 cm.
Parte de Peter Pan lo basó en sus vivencias con los hermanos Llewelyn-Davies, llegando a convertirse en su guardián cuando se quedaron huérfanos. De los cinco hermanos uno murió joven siendo un soldado y otros dos se suicidaron. Uno de los que se suicidó fue Peter quien en parte sirvió de inspiración para el personaje de Peter Pan.
A lo mejor ellos llegaron a tu misma conclusión.
Hoy me he reencontrado con Laura. Se está haciendo la depilación brasileña por laser. Duele mucho. Le recomendaré a Barrie.
Veo Rodia que has captado perfectamente el mensaje de Peter Pan. Así mismo los 3 cerditos es la historia misma de la especulación inmobiliaría (el lobo siempre queriendo expropiarles las casas). Caperucita roja trata de la inocencia de ésta perdida a manos del lobo (claro ejemplo de la educación sexual española). Y el mejor, el Mago de Oz. Una oda al cambio climatico (si hay muchos huracanes puedes pillar uno y viajar a un país maravilloso, que como todos, tiene un gobernante que no vale para nada). El cuentecillo del Pastor y el lobo se debería aplicar a la politica (que el PP decia que si gobernaba el PSOE iba a ser peor que el efecto 2000)
Por cierto, brasileña por laser... tenez cuidado chavales como se desvíe el rayito
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