Por fin se desveló la incógnita que más expectación despertaba de cara a las próximas elecciones municipales y autonómicas de mayo. Después de mucho marear la perdiz, de gestionar de manera pésima la información, de barajar multitud de nombres que iban de lo insólito a lo grotesco, de insinuaciones veladas y negativas aparatosas, de tener la sensación de subasta o mercadeo y de apenas disimular que se trataba de un marrón monumental y prácticamente una condena al destierro político para el elegido, el Partido Socialista ha designado como candidato para competir por la alcaldía de la capital a Miguel Sebastián, hasta ahora director de la oficina económica de Moncloa y, por lo tanto, principal asesor del presidente del Gobierno en la materia.
En realidad se trata de un dedazo de Rodríguez Zapatero y no de una elección del partido. La consolidación del liderazgo en los partidos conlleva una pérdida decisiva en términos de funcionamiento democrático de los mismos. Los tiempos en que las bases votaban aquel candidato que en la discusión y el debate interno se ganaba el apoyo por el convencimiento ha pasado a mejor vida. Incluso las propias ejecutivas de las federaciones regionales pintan poco o nada. Tras haberse presentado a los medios este mediodía flanqueado por el secretario general nacional y el de la Federación Socialista Madrileña, la ejecutiva de ésta ha comulgado obedientemente y ratificado la designación hecha desde arriba, como hará en noviembre el comité federal del partido. Lo que me preocupa es que estos mecanismos se han acabado imponiendo por la vía de los hechos ante la evidencia palmaria de que la sociedad española parece sentirse cómoda ante las organizaciones políticas que se muestran no dinámicas, plurales y dialécticamente vivaces, sino con aquellas monolíticas y autoritarias, penalizando el disenso y la discrepancia razonable y primando el asentimiento acrítico y sumiso presentado como conformidad y solidez. La larga sombra del autoritarismo.
Miguel Sebastian me parece un buen candidato; o sea, que por desgracia no tendrá nada que hacer contra Gallardón. El folclorismo circense de José Bono parecía suscitar más adhesiones que el perfil serio y profesional de Sebastian. Gallardón, al que la dirección de su partido ansía poner a los pies de los caballos a la mínima que se presente, sabe jugar muy bien su imagen de "derecha social", expresión que requiere conjugar malabarismos de todo tipo para salvar la contradicción que supone, de contrapeso al integrismo de la dirección nacional del partido con cuyos seguidores, no obstante, puede estar seguro de contar en cualquier circunstancia, ya que los votantes populares están mucho más fidelizados que los de la izquierda, quienes practican un retraimiento electoral como forma de protesta interna que resulta contraproducente para sus intereses.
Madrid necesita un cambio de aire en el gobierno municipal. Las políticas sociales inexistentes o las hipotecas interminables fruto de dudosas infraestructuras tienen que ser reemplazadas por algo nuevo. Miguel Sebastian al menos tiene una formación que va más allá de la contraportada de los libros de Hayek o Huntington como la de la señora Esperanza Aguirre y no parece que tenga la intención de utilizar el Ayuntamiento de la capital como privilegiada plataforma de cara a promocionarse a puestos más encumbrados en la política nacional, que es el caso de Ruiz Gallardón. Ya veremos que propone el candidato. Es algo imprudente, pero confío en poder ilusionarme de nuevo, porque la verdad que llevamos una rachita...de 18 años...
25.10.06
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2 comentarios:
Lamentablemente me temo que el enmascarado clasista volverá a arrasar -muy propio señalar que "derecha" y "social" son terminos EXCLUYENTES salvo en casos de meopilismo-cura conciencias galopantes, q no es el caso (o eso parece). De todos modos como bien señalas la designacion del candidato no se podia haber hecho, en terminos politicos, peor: tarde, mal, a dedo -el fracaso incipiente va a salpicar a Z-A-P-A-T-E-R-O (me niego a poner el "ZP" de los cojones) y para colmo pones a un desconocido "¿es el presidente de Venezuela?" decían algunos -creo que mas de uno se perdió aquello de la legitimidad carismatica de un tal Maximili-ano.
En fin q salvo sorpresa tendremos que continuar con el paradigma de politico-colesterol (te mata por dentro, lentamente y sin darte cuenta) hasta q asuma la candidatura a presidente de gobierno (q auguro se producirá en caso de batacazo electoral en las generales). Lo unico bueno es que parece q se lleva mal con el asesino (uy, q bonito queda escrito) ;) lo cual si se traduce en una perdida de influencia de ese tipejo en el partido y se produce un cambio de línea al menos ya es algo.
1bsito
R.
joder, por fin me comentas algo, y encima vienes en plan radical, que tio.
Pese a que no me guste entiendo que sería un avance fundamental para normalizar la vida democrática en este país que el entorno "gallardonil" sustituyera en la dirección del PP al Ku Klux Genova Acebes/Zaplana con Aznar al fondo -Mariano es intrascendente a todas luces el pobre, y mira que no me cae mal y le considero un tipo capacitado-, pero el previsible y, en mi opinión, deseable fracaso del partido en las próximas legislativas, lejos de producir el necesario giro a derecha normalizada lo que hará será talibanizar a los populares -irónico nombre-, porque en la "noche de los cuchillos largos" que llevarán a cabo se llevarán por delante a los que calificarán de débiles, pusilánimes o dudosos en su apoyo a la estrategia de la dirección, es decir, a gente como gallardón, mientras que la propia dirección seguirá, reforzando su extremismo con una opción tatcherista: si revalida la mayoría absoluta en la CAM,algo probable porque la opinión publicada en madrid es abrumadoramente combativa y pro-pp, tendremos a Super Espe como lider de la derecha -esa emulación tory ya la intentó Fraga a finales de los ochenta con Isabel Tocino, la responsable del agujero de la capa de ozono por su desabrida afición por los tintes y lacas-. Mal lo veo.
p.d.1: como cosa cachonda, a la dupla Acebes/zaplana Fede la llama "afortunada alianza de católicos y liberales". ahora va a resultar que los democristianos equivalen a nuestros integristas y los liberales a los oportunistas choricetes.
p.d.2: el ejemplo con la historia del nazismo puede ser injusto, pero desde luego menos que la repugnante retórica ultraderechista que lleva refiriendose al tripartito catalán como "gobierno nacionalsocialista". Es una vulgaridad y una bajeza descender a su mismo nivel, pero no está de más advertir que hacer populismo y demagogia está al alcance de todos (y a lo peor, porque sería peligroso pero uno duda ya de ciertas cosas, resulta ser más real de lo que se piensa)
a ver si te prodigas más, moreno.
Un abrazo
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