
Hace dos o tres días el periódico El Mundo publicó, en dos entregas y utilizándola como motivo de portada, una entrevista al tal Trashorras, uno de los principales encausados por la matanza del 11-M en Madrid.
En ella el señor Trashorras, para quien la fiscalía pide más de 3000 años de prisión por su colaboración necesaria para la comisión de la masacre al ser quien robó los explosivos que se utilizaron para perpetrarla y venderlos a los autores materiales del atentado, además de exculparse, de declararse inocente de toda falta o delito, acusa a las Fuerzas de Seguridad del Estado, al CNI y al PSOE de no querer investigar la verdad, de falsear pruebas, de prevaricar, mentir, y todo ello, se deduce, porque de la hábil instrumentalización de los asesinatos cometidos aquella mañana de jueves en el trasporte público de la capital obtuvieron réditos políticos que devinieron en parcelas de poder, prebendas y sinecuras para todos los acusados por el imputado Trashorras. A grandes rasgos éste es el contenido de la entrevista.
Llaman la atención varios aspectos de la misma que no querría dejar pasar. Pese a las múltiples comparecencias ante el juez de la Audiencia Nacional que instruyó el sumario y la fiscal encargada del mismo -ambos, por cierto, vituperados, insultados y denigrados de manera permanente desde algunas tribunas ultramontanas por el hecho de que sus investigaciones no condicen con sus aspiraciones, que digo, con sus sueños húmedos-, el señor Trashorras decide declarar la verdad al periodista de El Mundo, diario que, curiosamente, desde el mismo día de los atentados viene manteniendo contra el viento de la realidad y las mareas de las pruebas materiales la teoría de la llamada doble autoría, la material, que tienen que conceder, aunque de mala gana, que corresponde a los islamistas, y la denominada intelectual, indefinida pero que siguiendo la terminología aznariana remite a gentes que "no se encuentran en desiertos remotos ni montañas lejanas".
También resulta cuando menos chocante que un patán como el tal Trashorras atraviese el relato de opiniones políticas, y que incluso ponga en boca de quienes le interrogaron manifestaciones relativas a la oportunidad política de defender una autoría en lugar de otra: extraña situación en la que unos policías le explican a un chorizo el por qué de las líneas a seguir y de las declaraciones que hacer. Agentes que, por cierto, parecen extraídos de una novela policíaca mala, y digo esto porque la descripción de la persona del CNI que según el imputado estaba presente en el interrogatorio es más o menos la siguiente: "1'80 de estatura, 45 años, poco pelo y peinado hacia atrás"; dejando aparte lo vago y general de la misma, sólo le hace falta el traje negro, las gafas de sol y el cigarro encendido para cumplimentar el estereotipo de agente secreto malo malísimo. Lo que verdaderamente impacta es leer el contenido de sus afirmaciones y cotejarlas con las realizadas por la cúpula del PP y sus corifeos mediáticos: la coincidencia es siniestramente absoluta.
Ya hay un nuevo miembro en el martirologio del derechismo patrio; mártir que, al igual que tantos otros en la historia reciente de España tiene las manos manchadas de sangre, lo que al parecer no importa en absoluto si a través de ella se consiguen los objetivos salvíficos perseguidos.
Uno empieza a sospechar y a pensar mal cuando observa la obstinación de algunos medios, el denuedo con que en ciertos foros se aplican a encontrar nuevas pruebas irrefutables que echan por tierra la investigación policial y judicial. El escepticismo que demuestran hacia los mecanismos democráticamente instituidos y fijados para esclarecer este tipo de situaciones no dice mucho de su estima por nuestro sistema de derechos y libertades. A veces uno llega a compadecerse, porque el ridículo ajeno no es grato de contemplar ni tan siquiera cuando lo protagonizan quienes gustan de ridiculizar a los demás, con motivos ficticios si hace falta, lo que ocurre las más de las veces. Recordar el caso de la mochila de pocholo, de la furgoneta con la cinta de la Orquesta Mondragón, etc.
La zafiedad de estos tipejos que "quieren saber la verdad", su falta de escrúpulos y moralidad es vergonzosa. Que se pretenda descalificar a la señora Fernández de la Vega, por ejemplo, por su vestuario o por sus supuestas preferencias sexuales es bochornoso en un país civilizado. No sé vosotros, pero a mi en particular me la sopla que en la cama a los gobernantes les guste hacer el trenecito o la tijerita, lo que me importa es su gestión de los asuntos públicos. Del mismo modo que el hecho de que al señor Pedro J. Ramírez le ponga que le excreten en la jeta mientras le da a la zapatilla no influye en absoluto en mi valoración sobre su quehacer profesional: ¿que le van los quicazos mierdosos?. Pues estupendo. Ahora bien: tratar de vender periódicos presentado elucubraciones y rumores, maledicencias e intereses particulares, toda esa abominable y putrefacta amalgama de iniquidades como pruebas de algo y que ese algo sea la acusación al actual Gobierno, al PSOE y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de asesinar a ciudadanos...es lo más vil, asqueroso y miserable que se puede hacer y por eso le repruebo, a él y a toda esa ralea que entienden que "la verdad" no es otra cosa que la anuencia con sus delirantes proposiciones.
Dicen: "¿Quién se benefició de los atentados?. El PSOE, que de lo contrario ni en sueños hubiera ganado las elecciones. Y el PSOE y el Gobierno se oponen ahora a que se investigue de verdad lo que sucedió el 11-M. Ergo esconden algo..." ¿Alguien con un mínimo de ética puede hablar en serio de beneficiados por una masacre? Es indudable que el atentado fue una conmoción que alteró con seguridad el resultado final de esas elecciones. Pero quien intentó beneficiarse, hacer un uso electoral, instrumentalizar el crimen fue el Gobierno del PP. Y esto se demuestra por la sencilla razón de que de lo contrario no habría intentado mantener durante más de 48 horas como principal hipótesis sobre la autoría la etarra, tiempo que sin duda querría haber prolongado hasta después del 14-M pero que el incontenible peso de las pruebas que inmediatamente se revelaron hizo imposible. Una autoría de ETA colocaba a la ciudadanía tras el Gobierno, pues cuando la seguridad está amenazada de forma tan explícita y sangrienta no es tiempo de mudar los gestores de la misma...salvo que sean esos gestores responsables en buena medida de esa inseguridad: atentados islamistas en Madrid, atentados contra la Casa de España en Casablanca el año anterior, guerra de Irak, las Azores. La secuencia era clara y perceptible por todos, por eso había que ocultarlo, y mientras pudieron lo hicieron. Si que hubo quienes intentaron beneficiarse de la muerte de 192 personas, pero no lo consiguieron; de hecho les salió el tiro por la culata. Cada cual con su conciencia...
Luego se ha intentado afirmar que el Gobierno del PP fue traicionado, vendido por topos socialistas que desde la Policía Nacional y el CNI pasaron información falsa al ejecutivo de Aznar y veraz al PSOE para desacreditar al primero. Claro que para esto se basan en la comparecencia de Alfredo Pérez Rubalcaba el viernes noche o ya el sábado, no recuerdo con exactitud, mientras que Ángel Acebes, en ese momento Ministro del Interior, no hablo de la islamista como pista principal hasta las detenciones del sábado a la tarde. Me lo creería de no ser por que desde el jueves al mediodía todos los mandos policiales declararon que barajaban la islamista como la autoría más probable.
Por cierto, que si hubiera sido cierto España contó durante ocho años con el Gobierno más inepto de la historia, hasta tal punto de colocar en todos los puestos de relevancia de la seguridad del Estado a una panda de conspiradores sociatas. Tiene huevos.
Que en Leganés se volaran siete terroristas islamistas, así sin ton ni son, porque hay que recordar que según los "periodistas de investigación" ellos no fueron, sería un accidente fortuito. Claro que hay solución para todo por si la cosa se pone chunga y no vale la excusa de la explosión de gas: esos tipos de Leganés fueron suicidados...A la viuda y los hijos del geo que falleció en aquella explosión deberían ir estos mendas y contarles que su marido, su papá, en vez de ser un policía que cumplía con su trabajo arriesgando la vida con ello por protegernos a los demás de los asesinos indeseables era en realidad un pistolero, un funcionario corrupto que mató a esos pobres integristas islamistas y encima era tan torpe que no supo salir a tiempo para que no le afectasen las bombas que les había colocado alrededor del cuerpo.
Y, como no, el argumento estrella: el GAL. El PSOE tiene una larga tradición terrorista y la resucitó en vísperas de las elecciones legislativas de marzo del 2004.
El Gal es un triste episodio de nuestra historia que fue juzgado y sentenciado hace ya varios años. Creo que España es de los pocos estados en los que altas autoridades han sido condenadas por las actividades terroristas desarrolladas desde su propio seno: Alemania, Francia, Italia, EEUU, etc, países todos ellos que han actuado de forma similar en algunos momentos de su pasado o su presente, no pueden decir lo mismo. Hablamos de algo injustificable, deleznable y que no merece otra cosa que la más firme de las condenas. Pero para condenar hay que estar en condiciones. Animaría a todos los que quieran y puedan a pasarse por la Hemeroteca Municipal, que en Madrid está en los cuarteles del Conde-Duque, y ver en los periódicos de 1984 y 1985 lo que opinaban personas como Carlos Dávila o Federico Jiménez Losantos del GAL. También les instaría a comprobar los orígenes del terrorismo contraterrorista en España, y no hablo de la época franquista, cuando el poder era ilegítimo -y por lo tanto ETA incluso podía considerarse una banda armada, lo que dejaría de ser para convertirse en un grupo terrorista con la llegada de la democracia-: grupos como Triple A, Batallón Vasco Español o Antiterrorista ETA mataron a una treintena de personas entre 1975 y 1982, es decir, más víctimas que el GAL, lo que no exonera a los responsables de éste ni aminora en nada sus culpas, pero da un cuadro de contexto. Y también animo a encontrar declaraciones de los dirigentes de la entonces AP y de miembros de la extinta UCD sobre el proceso de los GAL: el encono brilla por su ausencia. Quien quiera entender, que entienda.
Perdón por el rollo, pero es que cuando me quema algo...Prometo volver a la dinámica anterior a partir de la siguiente entrada.
3 comentarios:
Me ha gustado tu artículo Antonio, aunque quizás faltaban mencionar esas "pruebas" que usa la derecha y refutarlas. Había un artículo en "libertad digital" que venía procedente de "El mundo". Se titula "los agujeros negros del 11M". Casi me engaña.
Saludos
hola rado. Tienes razón, tenía que haberlo detallado, pero el temor a que se me alargase aun más y la saturación del enojo lo impidió. De todas formas la cuestión no es más que los episodios de rechifla como las "revelaciones" del primer confidente de la policía al que recurrieron, un magrebí del que no recuerdo el nombre y que no tardó en descubrirse que cada frase que pronunciaba contradecía lo dicho en la anterior, los intentos de anular el valor de pruebs reales como la mochila alegando nimiedades que después fueron refutadas pero de cuya refutación no dieron la debida cuenta, la chirigota de la furgoneta de Alcalá, que provocó que por primera vez la DGP sacara un comunicado lacónico y rotundo desmintiendo las supuestas informaciones, y en general es que no es otra caso que teñir todo de un velo de sospecha visceral y recelo infundado porque de la premisa que se parte es que todo lo que no coincida letra por letra con sus juicios de intención y de valor apriorísticos es mentira, ya está.
Un placer tenerte otra vez por aquí comentando. Por cierto, que creo que hace ya tiempo que no actualizas tu página.
Un abrazo
Bueno, si no recuerdo mal aún te quedaban infinidad de cosas por leer, por lo que el show de novedades puede hacerse esperar un poquito más;). En cuanto termine exámenes veremos.
Un saludo
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