
Esta mañana, al llegar de una entrevista de trabajo, me serví un lingotazo de Coca Cola -con cafeína y todo su azúcar, con dos cojones- y me senté en el salón mientras consideraba lo que me ofrecían y barajaba diversas hipótesis sobre el futuro de la Humanidad a medio plazo. Tampoco me apetecía quebrarme demasiado la cabeza, y entre eso y el deseo de ahuyentar algún fantasma encendí el televisor pulsando un botón al azar del mando a distancia. ¡Hostias, que buen presagio!, exclamé al ver que el canal que aparecía era Cuatro y estaban entrevistando a mi admiradísima Leonor en el programa de Concha García Campoy. Aún más luminosa que de costumbre con un generosísimo escote, respondía a las amables preguntas de los entrevistadores y mi conciencia se diluía en la narcótica complacencia de no tener otra ocupación que la de contemplar lo bello. Lo bello, sí...y lo triste, que añadiría Kawabata; o lo ridícula y dolorosamente cómico, más en la línea de Kundera. Entiendo que esta entrada será sólo comprensible para los iniciados en los misterios de mi alma atribulada, especialmente preveo que J.L.S. se descojonará con ensañamiento, así que disculpadme aquellos a los que esto no os suene de nada ni os resulte inteligible. El caso es que cuando abordaron el tema de la vida personal lo hicieron recalcando precisamente que ellos no lo tratarían, pero lo que sí realizaron fue insertar una imagen de una revista en la que a la entrevistada se la relacionaba con el cantante Jorge Drexler, con foto ilustrativa. ¿Dónde está la gracia? Pues en que el señor Drexler, como sabréis, es uruguayo. Es decir, que en el Destino hay un departamento donde algún perverso burócrata de lo inaprensible juega una partida de rol con mi vida como pretexto, y de lo ideal a lo real se las apaña para pergeñar coincidencias perversas que me hacen torcer el gesto, esbozando no sé muy bien si una sonrisa sardónica o una mueca de disgusto.
La única solución que se me ocurre para librarme de este sino que empieza a ser grotesco es mudarme a Montevideo.
p.d.: por cierto que el primer single de su disco "12 segundos de oscuridad", Transoceánica, es una canción preciosa.
4 comentarios:
Unas pequeñas palabras de ánimo:
"...Clavo mi remo en el agua
llevo tu remo en el mio.
Creo que he visto una luz
al otro lado del rio.
El dia le ira pudiendo
poco a poco al frio.
Creo que he visto una luz
al otro lado del rio..."
:D:D:D:D
¿Que tal fue la entrevista? ¿Les contaste lo de que las noches de luna llena roncas u/y otras de tus peculiaridades? ¿Cuando empiezas a currar?
Coca Cola con cafeína y azúcar... Eres un machote. Supongo que te habrá crecido el pene tras semejante proeza;).
jaja, pero que panda de cabrones!! ;D
Nstr, no, de momento nada convincente. seguiremos buscando.
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